Me falta un cromo

Desde que nos sentamos en el banco el niño había estado observándonos. Se notaba que quería acercarse pero no se decidía, nos miraba y luego miraba a su madre como si estuviera esperando a que ella le empujara a venir a hablarnos; sin embargo su madre no se encontraba al tanto del dilema que en esos momentos mantenía desconcertado a su hijo.
El niño en cuestión, de 6 años, no más, se encontraba en el banco siguiente, a escasos 5 metros de nosotros y tenía el cuello estirado intentando ver nuestros cromos.
Después de un par de encuentros con la mirada me desplacé un poco arrastrándome por mi banco para estar más cerca de él y le dije que si también él tenía cromos.
El niño sólo dijo que sí con la cabeza y miró a su madre esperando que ella añadiera algo más por él, pero la mujer leía una revista bastante apasionadamente.
-¿Tienes álbum?
El niño volvió a decir que sí con la cabeza.
-¿Y tienes muchos cromos?
-Sí.
-Qué bien, nosotros no tenemos álbum.
En realidad habíamos comprado el sobre sin ningún motivo, no coleccionábamos, simplemente porque nos sobraron unos céntimos cuando fuimos al estanco a por tabaco.
-Mira, ven a verlos
La madre levantó entonces la vista y al ver que nuestro aspecto no era excesivamente peligroso lo animó a acercarse y volvió a su lectura. El niño se levantó y se quedó de pie delante de nosotros, le tendí los cromos, él los cogió y los fue viendo. Al llegar al tercer cromo se quedó mirándolo un rato y al final dijo que ése no lo tenía. Entonces Álvaro habló por primera vez.
-Te lo cambiamos.
El niño dijo que se había dejado los cromos en su casa. Álvaro se rió.
-Entonces no te lo podemos cambiar.
El niño me devolvió todos los cromos y me miró esperando que dijera algo.
Yo sólo miré a Álvaro y le pregunté al niño que cuántos le faltaban para la colección.
-Sólo 3.
Álvaro le tendió el cromo.
-Toma, para ti.
Pero el niño dijo que no, que había que cambiarlos.
Le explicamos que era una broma, que no queríamos los cromos, que se los dábamos todos, pero no los aceptó. "Se tienen que cambiar", lo dijo fuerte, para que nos quedara claro y volvió con su madre. El niño ya no nos miró más, nosotros nos fumamos un cigarro y nos fuimos dejando olvidados los cromos en el banco.

La comarca

En cuanto a los Hobbits de la Comarca, de quienes tratan estas relaciones, conocieron en un tiempo la paz y la prosperidad y fueron entonces un pueblo feliz. Vestían ropas de brillantes colores, y preferían el amarillo y el verde; muy rara vez usaban zapatos, pues las plantas de los pies eran en ellos duras como el cuero, fuertes y flexibles y los pies mismos estaban recubiertos de un espeso pelo rizado, muy parecido al pelo de las cabezas, de color castaño casi siempre. En general los rostros eran bonachones más que hermosos, anchos, de ojos vivos, mejillas rojizas y bocas dispuestas a la risa, a la comida y a la bebida. Reían, comían y bebían a menudo y de buena gana; les gustaban las bromas sencillas en todo momento y comer seis veces al día (cuando podían). Eran hospitalarios, aficionados a las fiestas, hacían regalos espontáneamente y los aceptaban con entusiasmo.

Quitando lo de el pelo en los pieses y algún otro (pequeño) detalle yo lo veo una grandísima descripción.

Otro tonto más

Esto de que los famosos y famosillos se comuniquen con el resto del mundo mediante redes sociales está haciendo mucho daño. Esta gente es peligrosa con un teclado y sabiendo que pueden ser noticia con cualquier publicación. Hay mucho tontaco suelto, escritor o futbolista, cuantos más seguidores más imbéciles. Que alguien les cierre la boca o el Twitter.

En fin, viene siendo hora de acabar el día, así que hagámoslo bien:

Schhhhhhhhhhh

¡Ay, ya cállate, cállate, que me desesperas!

Excelencia en fiestas

La universidad de Murcia junto con la politécnica de Cartagena se unieron para presentar un proyecto  llamado Campus Mare Nostrum. Ya lo dice el mismo cartel que lo publicita: unión estratégica; vamos, que por el interés te quiero Andrés, si no ¿de dónde iba a verse a Cartagena y Murcia presentando algo conjuntamente? A mí ni me va ni me viene la rivalidad esta, pero es gracioso, porque encima van y ganan y les soplan 5,3 millones que no sé en qué los invertirán, pero sí sé en qué NO los invertirán. Campus de excelencia, de risa.
El mismo día en que se supo que era uno de los proyectos elegidos se celebraba la bienvenida universitaria, más conocida como el BUM. El evento es básicamente un macrobotellón que figura en el programa de actos de la semana de bienvenida bajo el nombre de picnic y que está adornado con voluntarios que recogen la basura, para hacerlo todo verde, ecológico y políticamente correcto.
Para cubrir la noticia del BUM, la 7RM (televisión regional de Murcia) mandó a una reportera que nos pidió a los que estábamos por allí cerca que cuando ella dijera escondiéramos los vasos, por favor. ¡Hombre, que somos Campus de excelencia, no vayamos a manchar la imagen con alcohol y la fiesta padre!

Una solicitud.

Esto es un llamamiento a todos mis amigos tuenti-facebook:

"Gracias, pero no (y tal vez esté aquí el problema, en el significado de no), repito: NO (siendo no adverbio de negación) me apetece jugar al FarmVille ni al FrontierVille ni al PetVille ni al Towner ni al Tresure Island ni a todas esas cosas en las que tenga que daros zanahorias, cuidaros los cachorros o recogeros las coles. Prefiero ser una marginada de los juegos y de los chats del ambas redes sociales. Si alguien quiere jugar conmigo sólo acepto como válidos los juegos de mi estantería, los que impliquen cantar y muy esporádicamente y dependiendo del contrincante el buscaminas. Gracias de nuevo."