Estrenamos piso y, por sorteo, ahora duermo en esta habitación. Las vistas a las pistas de tenis, al campo de fútbol y a la Condomina le dan un toque bastante mágico. El piso está en un lugar estratégico para casi cualquier cosa: salir de fiesta está cerca, coger el autobús/tranvía a la universidad también. Mis dos nuevas compañeras de piso juegan a juegos de mesa, lo cual es de lo mejor que me podía pasar y mi vieja compañera odia El Barco, lo cual también es inmejorable.
Echo de menos a mi otra (vieja) compañera, ahora en Barcelona. Ya nadie vigila que limpiemos la mesa ni tiene quesos apestosos en el frigo y se nota.
1 comentario:
eh!! putica, un respeto a mi pérdida!
que aquí vicio al rummi everyday, y vosotras nunca queríais!
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