miércoles, 17 de octubre de 2012

"Tú me hablas de colchones, yo te agobio con canciones"


Querido Tú,
Te escribo por aburrimiento, nostalgia y algún que otro motivo más. En realidad escribí esto anoche, pero olvidé publicarlo. Puedes leerlo ahora que son ideas frescas y todavía no han caducado.
Es lunes aquí, lunes muy tarde. Está lloviendo tan fuerte fuera que si mañana al abrir la ventana la iglesia en ruinas hubiera desaparecido totalmente no me extrañaría. He tirado un colchón en el suelo porque no soporto el ruido que hace mi somier y me gusta estar así, cerca del suelo. Estoy boca abajo en una posición bastante incómoda, balanceando los pies para los lados lentamente al compás de Brother in Arms. La pongo mucho aquí porque me recuerda a mi casa. No echo de menos mi casa, pero me da la sensación de que así esta habitación es más mía. He empezado a pegar cosas en las paredes, aunque no creo que ponga fotos de nadie. De momento tengo un cartel de un dedo acusador que me señala directamente la cabeza mientras duermo. Lo arrancamos una noche volviendo a casa. Estuve a punto de tirarlo porque el tipo que me lo dio ahora ni me dirige la palabra, ya ves que no todo es buen rollo en un Erasmus. Pero bueno, el caso es que el póster queda bien. Siempre he pensado que un blog a modo de diario no debería ser público, pero esta noche me apetece decir qué ando haciendo por aquí. Es lunes, pero podría haber salido a tomar algo si no estuviese lloviendo tanto. Aún así no tengo ganas de moverme hoy, he tenido demasiado contacto social desde que estoy aquí y quiero una noche en la soledad de mi colchón en el suelo y de los Dire Straits. Imagino tu cara de asco. Aquí no he podido hablar todavía de música más que con un tipo fanático de Mando Diao y que conoce a Belle and Sebastian. Fue una conversación agradable, pero él dejó de ser agradable hace un par de días, así que se acabó la música. Escríbeme algo sobre los discos nuevos que has escuchado, dime lo mierda que son todos y que ya no se hace buena música. Dios, echo tanto de menos un sofá, mi almohada y saber que estoy segura andando por la calle... Odio no poder ir sola por la noche, siempre tengo que volver con alguien. El vecino de abajo ya me ha visto llegar acompañada por tanta gente, que a saber lo que piensa de mí. Me falta la seguridad, en realidad es lo único que echo de menos, pero esta noche este colchón parece totalmente seguro... Que duermas bien.

No hay comentarios:


Y recuerda que

Y recuerda que